Pocas cosas hay tan redondas en el mundo de la cocina como el sabor y el aroma de la trufa negra. Este hongo que crece bajo tierra, también conocido por su nombre científico como Tuber melanosporum Vitt, es una verdadera joya de la gastronomía gourmet mundial, capaz de transformar incluso el plato más sencillo en una experiencia degustativa extraordinaria. Con su intenso aroma, su característico sabor umami y su exclusividad, la trufa negra es un ingrediente exclusivo que merece la pena probar.
Este hongo crece bajo tierra en simbiosis con las raíces de especies arbóreas como el roble, la encina, el avellano o la coscoja, entre otras. Solo se desarrolla en determinadas regiones del mundo y durante la temporada que va desde noviembre hasta marzo, e incluso algunos años hasta los primeros días de abril. Una de esas regiones privilegiadas es Sarrión, en la comarca de Gúdar-Javalambre (Teruel), considerada por muchos como la capital mundial indiscutible de la trufa negra. Allí, en Trufalia trabajamos para ofrecer a nuestros clientes trufa negra fresca y en conserva de primera calidad.
Y es que el proceso de recolección para obtener este exquisito hongo no es nada sencillo. El proceso requiere de la ayuda de perros truferos adiestrados para detectar el momento exacto de madurez del hongo cuando se encuentra bajo tierra. Un trabajo lento, minucioso y paciente, que justifica el valor elevado de cada gramo de esta maravilla de la naturaleza que se puede usar para elevar gran cantidad de platos a la categoría gourmet. Por eso, hoy queremos mostrarte cómo usar la trufa negra en cremas y purés, dos formatos que permiten realzar al máximo su aroma y sabor, sin necesidad de técnicas culinarias complejas.
¿Por qué combinar la trufa negra con cremas y purés?
Como hemos comentado más arriba, la trufa negra es un ingrediente extraordinario, que tiene una enorme capacidad de potenciar y transformar el sabor de casi cualquier plato. Pero si hay una combinación especialmente sugerente —y muy agradecida— es la de la trufa negra con cremas y purés. Aunque aparentan ser simples, estos platos esconden su propia complejidad, ya que requieren cocciones bien calculadas, texturas medidas al milímetro, y un punto adecuado de sazón que los convierte en un verdadero placer para los sentidos.
Las cremas y los purés se elaboran a partir de alimentos cocidos y triturados hasta lograr una textura espesa, homogénea y sedosa. Generalmente hablamos de hortalizas, pero también pueden incluir legumbres, frutas o incluso proteínas como carne o pescado. El puré de patatas, la crema de calabaza o la crema de puerro son algunos de los ejemplos más clásicos. Ya por sí solos resultan reconfortantes, pero si aprendemos cómo usar la crema de trufa negra correctamente o cómo hacer un puré de trufa negra de calidad, no cabe duda de que nos vamos adentrando en otro nivel.
El pure de trufa negra, o incluso un sencillo pure de patata con trufa negra, se pueden convertir en propuestas dignas de una carta de alta cocina. Además, su uso correcto nos permite aprovechar al máximo las cualidades de este ingrediente sin desperdiciar nada, ya que con una poca cantidad es suficiente para elevar el sabor y el aroma de cualquier plato. Si te interesa, puedes leer nuestro artículo para aprender más sobre las salsas de trufa negra caseras para potenciar el sabor de tus platos.
Consejos para incorporar trufa negra en cremas
Al preparar una crema de verduras u hortalizas, hay varias formas de integrar la trufa negra de manera eficaz. Lo primero que debemos tener en cuenta es que este hongo no debe cocinarse a altas temperaturas. Si lo sometemos a un calor excesivo, su aroma y sabor, al ser tan volátiles se esfuman de inmediato. Por eso, siempre recomendamos añadir la trufa negra al final de la elaboración.
La mejor opción es utilizar trufa negra fresca, ya que es la que ofrece un sabor más auténtico, profundo y redondo. Una vez tengamos lista la crema —y fuera del fuego— podemos rallar, laminar o picar la trufa negra directamente sobre el plato. Si buscas una alternativa más suave o no dispones de trufa fresca, puedes optar por la versión en conserva o añadir unas gotas de aceite de oliva trufado.
En ambos casos, la clave está en no excederse: un exceso de trufa puede terminar enmascarando los sabores base de la receta, y aquí lo que queremos es conseguir un equilibrio gourmet. Además, también es recomendable no añadir a las cremas ingredientes que tengan sabores demasiado intensos o picantes, como el ajo, el vinagre, la cayena o las guindillas.
Cómo usar trufa negra en purés
En el caso de los purés, el proceso es bastante similar. Lo más habitual es aprovechar la textura neutra y cremosa del puré de patata para contrastar con la intensidad de la trufa negra. Si nunca lo has probado, te animamos a preparar un pure de patata con trufa negra, una combinación tan sencilla como deliciosa.
Aquí también es importante añadir la trufa laminada justo antes de servir, para que su aroma no se pierda con el calor, ya que este hongo no se debe cocinar. Si quieres, puedes leer este artículo sobre cómo utilizar la trufa negra en aceites y salsas para potenciar el sabor de tus recetas.
Recetas fáciles con trufa negra: delicias para sorprender
Y si te apetece lanzarte al mundo de la cocina gourmet con algunas ideas prácticas, a continuación te vamos a mostrar tres recetas sencillas pero sorprendentes para que descubras todo el potencial que este hongo gourmet puede darle a tu cocina en el día a día. ¡Sigue leyendo para descubrirlos de primera mano!
Puré de patata trufado

Para elaborar este plato, debes cocer patatas viejas en agua con sal durante unos minutos hasta que estén bien tiernas. Posteriormente, debes triturarlas con un pasapurés y añadir un poco de mantequilla, nata caliente y una pizca de sal. Mientras todavía esté caliente, debes añadir trufa negra laminada al gusto justo al emplatar, antes de servir. No cabe ninguna duda de que el puré de patata con trufa negra es un plato clásico que no puede fallar.
Crema de champiñones y trufa

Para preparar esta exquisitez, debes saltear en una sartén cebolla, ajo y champiñones en aceite de oliva hasta que estén bien dorados. Posteriormente, debes añadir caldo vegetal, cocer las verduras durante unos minutos y triturar todo hasta obtener una crema de textura fina. Te aconsejamos añadir un chorrito de nata y terminar añadiendo trufa negra laminada. Esta crema de trufa negra es ideal para disfrutar en una cena especial o como entrante en una comida elegante.
Crema de calabaza con trufa negra

Para elaborar esta crema, te aconsejamos asar calabaza, cebolla y zanahoria con un poco de aceite y sal y, posteriormente, añadir caldo de verduras. Una vez se hayan hervido las verduras, debes triturar la mezcla hasta lograr una textura sedosa. Te aconsejamos servir el plato bien caliente con un poco de ralladura de trufa negra por encima y, si te apetece, unas pipas tostadas para aportar un mayor contraste. Si deseas descubrir más platos al margen de la crema de trufa negra, te aconsejamos leer este artículo sobre platos vegetarianos deliciosos con trufa negra.
Como ves, saber cómo hacer crema de trufa negra o cómo usar crema de trufa negra en tus platos cotidianos puede marcar la diferencia entre una receta buena y una que verdaderamente sea inolvidable. En Trufalia, con sede en Sarrión, llevamos años dedicándonos a la venta de trufa negra fresca y en conserva y compartiendo este producto único con el mundo.