La trufa negra es un tipo de hongo que crece bajo tierra, a bastante profundidad, junto a las raíces de ciertas especies de árboles, como el roble, el abedul, el pino, el ciprés, el castaño o la encina, entre muchas otras. Las condiciones climáticas perfectas para el cultivo de este tipo de hongo se dan, sobre todo, en algunos países occidentales de clima mediterráneo, como, por ejemplo, es el caso de Francia, Italia y, por supuesto, España.
Este producto es una maravilla de la naturaleza y un ingrediente gourmet que suele ser bastante difícil de localizar en estado salvaje. Por este motivo, en nuestro país, toda la trufa negra que se lanza al mercado es cultivada, ya que es prácticamente imposible de localizar en el monte en las zonas donde antiguamente crecía de forma natural.
Por este motivo, en este artículo te vamos a tratar de explicar en qué consiste el cultivo de la trufa negra. Sigue leyendo si quieres obtener más información acerca de la truficultura y sobre las características de la trufa negra. Asimismo, también puedes conocer los mejores productores de trufa negra de Teruel.
¿Qué es la truficultura?
La truficultura es, nada más y nada menos, que una forma de producción agrícola especializada en el cultivo, recolección y la posterior comercialización de trufa negra. Dada la complejidad que requiere el cultivo de este tipo de hongo para obtener un producto de excelente calidad, la truficultura es una actividad que requiere de conocimientos técnicos específicos.
En este sentido, podemos decir que se necesitan unos ciertos conocimientos botánicos, hortícolas y micológicos para lograr su cultivo. De hecho, por ejemplo, debes tener en cuenta las condiciones climáticas que son más favorables para el desarrollo de este tipo de hongo de la mejor manera posible. Esto se relaciona con la temperatura y la humedad, pero también es necesario conocer el tipo de suelo que favorece el crecimiento de un producto excelente.
Del mismo modo, también es necesario contar con las herramientas adecuadas para conseguir la recolección de la trufa de manera más adecuada. De hecho, requiere el adiestramiento de perros para detectar cuándo se encuentran las trufas en el momento preciso para ser recogidas. En definitiva, es una actividad que cuesta mucho esfuerzo y dedicación, pero de la que se obtienen unos resultados gratificantes.
Esto se debe a que es un producto que tiene un gran sabor y que aporta un aroma muy característico a todo tipo de platos. Por este motivo y porque es un producto muy escaso, la trufa negra, o Tuber melanosporum, es el hongo más cotizado en el mercado. Por este motivo, el kilo de este tipo de hongo puede alcanzar un precio bastante elevado.
¿Cómo se cultiva la trufa negra?
Para el cultivo de la trufa negra es necesario que tengas bastante paciencia, ya que, para obtener las primeras trufas pueden pasar entre 7 y 10 años. Es importante dedicar un año al análisis del terreno, prepararlo y escoger los árboles necesarios para su cultivo. Durante el segundo año debes empezar a realizar el mantenimiento adecuado para retirar las malas hierbas y evitar el crecimiento de otros hongos que estropeen las condiciones para su desarrollo. Este proceso de mantenimiento se puede prolongar hasta los primeros 5 años.
A partir del quinto año, el árbol comenzará a madurar lo suficiente como para establecer la simbiosis en sus raíces. Debes seguir garantizando un correcto mantenimiento durante los siguientes años hasta que encuentres las primeras trufas, para lo que deberás entrenar a un perro para que sepa reconocer cuándo están lo suficientemente maduras como para poder recolectarlas. Ahora bien, en cuanto a la trufa negra y su cultivo, para empezar, debes tener en cuenta algunas variables que vamos a mostrarte a continuación
Debes tener en cuenta las condiciones geológicas
Para el cultivo de la trufa negra Tuber melanosporum es necesario tener en cuenta algunos aspectos determinados. Entre ellos, por ejemplo, es necesario ser conscientes de que este tipo de hongo se desarrolla principalmente bajo determinadas condiciones geológicas y en determinados tipos de suelo. Por ello, debes saber que la trufa negra se desarrolla, sobre todo, en suelo calizo en las regiones mediterráneas.
La altitud es vital para el cultivo de la trufa negra
Del mismo modo, también es importante tener en cuenta que este tipo de hongos se desarrollan mucho mejor a bastante altitud, entre 100 y 1.500 metros de altura. Por este motivo, lo ideal es, para cultivar la trufa negra, elegir aquellas zonas que se encuentran en una ligera pendiente, ya que la Tuber melanosporum no crece bien en terrenos demasiado húmedos.
Busca suelos húmedos, pero con buen drenaje
Por ello, es necesario cultivarlas en suelos húmedos que no puedan encharcarse y que presenten un buen drenaje. Del mismo modo, los terrenos demasiado inclinados tampoco son ideales, ya que suelen estar demasiado secos, lo cual tampoco favorece su correcto desarrollo. Así como también hay que tener en cuenta su nivel de acidez, comprobando que este se encuentra a un pH de entre 7,5 y 8,5.
Ten en cuenta las condiciones climáticas de la zona
Del mismo modo, también es necesario atender a las características climáticas de la zona donde vayas a cultivar la trufa negra. Este tipo de hongos suelen desarrollarse mejor en zonas de condiciones secas y calurosas, pero con estaciones marcadas, por lo que el clima mediterráneo es perfecto, ya que ofrecen un amplio contraste entre un verano seco y cálido y unos inviernos suaves y moderadamente húmedos. En este sentido, es importante que en la zona de su cultivo no se produzcan heladas, pero sí lluvias varias veces al mes.
Las trufas negras crecen en simbiosis con algunos árboles
Por último, también debemos remarcar que, para el cultivo de la trufa, es necesario contar con las raíces de una planta huésped, que favorezca su desarrollo. Esto se debe a que este hongo suele crecer en simbiosis con distintas especies arbóreas. Por ejemplo, antes hemos comentado que crece bien junto a especies como la encina, el roble o el avellano, entre otros. Es importante tener en cuenta que se suelen empezar a desarrollar en verano, y pueden estar listas para recolectar durante los meses de octubre hasta finales de marzo o principios de abril.
Sarrión: capital de la trufa negra
Sarrión es un pequeño municipio ubicado en la comarca de Gúdar-Javalambre, en la provincia aragonesa de Teruel. Este pueblo es conocido como la capital de la trufa negra gracias a que reúne las condiciones necesarias para su cultivo, por su terreno y por las condiciones meteorológicas de temperatura y humedad.
Como resultado, en este lugar se obtiene la trufa negra Tuber melanosporum Vitt, la más cotizada del mercado por sus increíbles características. Es cierto que en toda la comarca se producen este tipo de hongos de la mejor calidad, pero es precisamente en Sarrión donde se obtiene el mejor producto.
En definitiva, la truficultura, o cultivo de la trufa negra, es una práctica agrícola especializada para la cual es necesario tener mucha paciencia, conocimientos técnicos y un terreno adecuado. Requiere bastante tiempo -entre 7 y 10 años- obtener las primeras trufas, pero su valor gastronómico y del hecho de que sea un hongo escaso y tan cotizado hacen que la espera merezca totalmente la pena.
Así pues, la elección del terreno, las condiciones climáticas, la simbiosis con determinadas especies de árboles y el entrenamiento de perros truferos son aspectos cruciales para el éxito de la truficultura. Estas condiciones se dan en la zona de Teruel, en la comarca de Gúdar-Javalambre, especialmente en el municipio de Sarrión, capital de la trufa negra se produce la codiciada Tuber melanosporum Vitt, la más cotizada del mercado gourmet.